jueves, 10 de marzo de 2011

Beato de Liébana: Apogeo de los códices en España.




          Como todo el mundo sabe, se han conservado muy pocos manuscritos españoles anteriores al siglo X, aunque existen muchas referencias de la existencia de una gran cantidad de obras de autores hispánicos durante la Alta Edad Media, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo VI y de muchos scriptoria cristianos en el reino visigodo cuya capital era Toledo, así como posteriormente en la España árabe y en el reino de Navarra. 
          El original de los Comentarios al Apocalipsis de Beato de Liébana que traemos a colación es uno de esos manuscritos desaparecidos. Sin embargo, la obra debió ser muy conocida y por diversos motivos despertó el interés de los responsables del culto cristiano en los territorios reconquistados. Ello coincidiendo con el gran auge de la vida monástica en el siglo X y con la eclosión de la miniatura mozárabe, en la que floreció toda una generación de iluminadores de enorme calidad y capacidad creativa. Esta es la causa de que hayan llegado hasta nosotros, dentro de un amplio conjunto de códices miniados, un importante número de copias del “Beato”, datadas entre los siglos X y XIII, algunas muy completas y en un adecuado estado de conservación.
      Desde el redescubrimiento del la miniatura mozárabe a principios del siglo XX, se han
      Beato de Burgo de Osma (1086) efectuado multitud de estudios sobre los beatos, por parte de investigadores en los que se analizan tanto los textos como las características de sus ilustraciones y los diferentes estilos artísticos de sus iluminadores.  También se han analizado las distintas influencias que se pueden encontrar en ellos. Dado que un estudio detallado en estas áreas está fuera de los objetivos de nuestro trabajo, incluimos a continuación un breve resumen de las nuestras conclusiones en cada una de ellas, indicando en nuestra página de Bibliografía los títulos que podemos recomendar para ampliar esta información.
      a.- El Autor. Beato de Liébana.
      Poco se sabe de él pero debió de ser uno de los personajes más importantes durante la monarquía asturiana, desde los puntos de vista religioso y cultural. Fue monje del Monasterio de Santo Toribio de Liébana, en Cantabria, -entonces San Martín de Turieno-, que además de escribir una extensa obra literaria, participó, junto con Eterio, obispo de Osma y discípulo suyo, en una importante controversia teológica con Elipando, obispo metropolitano y primado de Toledo, en la que tuvieron que intervenir el Papa Adriano I e incluso Carlomagno. 
      También participó activamente en política como consejero del rey Silo, y fue el creador de la leyenda de Santiago Apóstol como patrón de España, sólo algunos años antes del oportuno "descubrimiento" de su tumba en Iria Flavia.
      Debió nacer antes del año 750. Por su nivel de conocimientos y por la bibliografía que manejó, se ha supuesto que pudo emigrar hacia Asturias en tiempos de Alfonso I, quizá como parte de una comunidad monástica de origen visigodo que habría sobrevivido hasta entonces en la meseta castellana, que también habría transportado su biblioteca, fundando el monasterio que hoy llamamos Santo Toribio de Liébana.
      b.- Identificación de los textos.-
      Aunque todos ellos respetan la estructura del original, en relación con su texto se distinguen tres familias de beatos, para las que se han utilizado las nomenclaturas I, II-a y II-b, basándose en una teoría que supone que el propio Beato creó tres ediciones diferentes de los Comentarios.  La primera se realizaría en el año 776 mientras que las otras dos en 784 y 786. y considerando que las dos primeras dan origen a la familia I, la de 786 a la II-a y que una modificación posterior de ésta generaría la rama II-b. 
      Otros autores, aún respetando la clasificación, consideran que todos los códices de los beatos arrancan de un solo prototipo, prácticamente terminado en el año 776 y dado por concluido por parte el monje de Liébana en 786, del que sucesivas copias a partir de 776 dieron origen a las diferentes familias textuales. Esta segunda opción nos parece más probable ya que es difícil pensar que en los años en que se datan las dos últimas versiones, época en la que Beato estaba en plena controversia con Elipando, que duraría hasta el concilio del año 792, pudiera dedicarse a escribir nuevas versiones de una obra tan amplia y que había terminado casi diez años antes.



    1. c.- Los Comentarios al Apocalipsis

    2.    El Apocalipsis fue un libro muy conflictivo desde el punto de vista canónico en la Alta Edad Media. Mientras su ortodoxia fue puesta en duda en la Iglesia Oriental, en occidente sucedió lo contrario, hasta el punto de que ya en el año 633, en el IV Concilio de Toledo, se ordena su lectura continuada entre Pascua y Pentecostés. 
           Por otro lado, su contenido proporciona un claro argumento en favor de la tesis de la divinidad de Cristo, lo que incrementó su interés para los defensores de la teoría trinitaria y para un antiadopcionista declarado como Beato. Esto fue posiblemente uno de los motivos básicos para que escribiera esta obra, de la que sólo nos queda su reflejo en una treintena de copias de las que de la más antigua -el llamado Beato de Cirueña, considerado de finales del siglo IX o principios del X- sólo ha nos llegado un folio que apareció en el Monasterio de Silos envolviendo otro manuscrito, mientras los restantes "beatos" están datados entre la primera mitad del siglo X y mediados del XIII. .
          Existen muchas dudas sobre las características de este manuscrito original. No sabemos si Beato hizo una única versión o si fueron varias, sobre lo que existen distintas teorías que veremos más adelante, ya que lo que parece claro es que en las copias posteriores se observan varias familias, que siguen diferentes versiones no sólo en lo relativo al texto utilizado sino también al analizar las características y los contenidos de sus miniaturas, aunque no siempre coinciden en algunas de esas copias la versión textual con la pictórica. Tampoco sabemos si el Beato original del Siglo VIII ya incluía miniaturas o si éstas aparecieron en las versiones de época posterior, estando más extendida la tesis de que el original ya se concibió para contener un apoyo visual, lo que nos parece lo más probable, ya que incluso en algunos de los beatos el texto tiene referencias a las imágenes.
      Los Comentarios al Apocalipsis están formados habitualmente por los siguientes componentes:
      - Prólogo General: Incluye una presentación y una relación la bibliografía utilizada.
      - Prefacio: Presenta un resumen previo del contenido.
      - Los doce libros que contienen los Comentarios al Apocalipisis.
      - Tablas genealógicas de personajes bíblicos.
      - En algunos casos se incluyen también textos de Gregorio de Elvira, San Jerónimo y de las Etimologías de San Isidoro
      Los textos bíblicos se presentan siempre de la misma forma, incluyendo el propio texto original -storia-, seguido de su explicación -explanatio- y, finalmente, para cada texto se añaden interpretaciones sobre ese texto de otros autores -interpretatio-. Por otro lado, de acuerdo con la estructura que se observa en todas sus copias, en el caso de que este primer Beato estuviera iluminado, las miniaturas se integrarían entre la "storia" y la "explanatio", y estarían en la mayoría de los casos relacionadas con el texto en que están inscritas.
      Páginas consultadas para fotos y texto:

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