miércoles, 27 de abril de 2011

El Diagrama de Villar de Honnecourt

Villard de Honnecourt nació y murió en Francia hacia el año 1250 fue un arquitecto o maestro de obras itinerante, que ha pasado a la historia debido a que se ha conservado un cuaderno de viajes que le perteneció: el Livre de portraiture, 33 páginas de pergamino con 250 dibujos, datable entre 1220 y 1240, conservado en la Bibliothèque Nationale de París.
En este excepcional documento Honnecourt demostró su interés por los nuevos avances en arquitectura, el estudio de la escultura de su momento y su interés por las curiosidades técnicas y naturales. Se aprecia cómo los maestros de obras medievales eran tanto diseñadores como canteros y escultores. Dibujaba todo lo que veía, acompañándolo de textos que han hecho más fácil su interpretación. Recogió una gran variedad de datos sobre técnicas constructivas y de ingeniería, y enseñanzas sobre cómo representar la figura humana, ya presentes en Vitrubio, y motivos animales y vegetales. De diferentes datos se deduce que su autor viajó por SuizaHungríaAlemania.

lunes, 11 de abril de 2011

ARNALDO GUILLEN DE BROCAR Y LA BIBLIA POLÍGLOTA COMPLUTENSE


De origen incierto, aunque hay autores que le atribuyen una procedencia alemana, mientras que otros suponen que pudo nacer en Broc o Le Brocar, en la comarca de Orthez, al norte de los Pirineos (Francia). Lo que parece seguro es que su aprendizaje debió realizarse en Alemania. La base para esta hipótesis se halla en la similitud de los tipos empleados en sus libros con los que se vienen haciendo en el país germánico. 
Para una gran parte de los bibliógrafos se constituyó en el príncipe del arte de la imprenta en España, y en su tiempo el más hábil y mejor tipógrafo.

Pudieron ser los reyes católicos quienes, aprovechando un momento de paz durante los conflictos con el reino navarro y este a su vez con otros de su entorno, mandaron llamar a Brocar, aceptando complacidos su estancia en Pamplona, otorgándole su protección para instalar sus prensas in regali civitate Pampilonensi (1490). 


Allí permaneció hasta 1501, hasta que se trasladó a Logroño debido al escaso ambiente cultural que se respiraba en Navarra en aquellos momentos. Hast entonces estuvo financiado por el italiano Tomás Favario de Lumelo, donde se Casó con María Zozaya, de la que tuvo dos hijos, Juan y Pedro, y una hija, María, la cual, a su vez contrajo matrimonio con el impresor estellés Miguel de Eguía* hacia 1503. 

Durante su estancia en la capital navarra realizó su primer incunable impreso en Pamplona es el Manuale secundum consuetudinem ecclesie Pampilonensis (1490), al que seguirán las Regulae de E. de Masparrauta (1492), el Epílogo en medicina y cirugía de J. de Kethan (1495) y otras impresiones de carácter religioso.

En 1502 el cardenal Jiménez de Cisneros, político y consejero espiritual de la reina Isabel I de España, decidió satisfacer las necesidades de los traductores y estudiosos que precisaban de una Biblia en los idiomas originales y una traducción latina mejorada,  con una sola publicación. Cisneros aspiraba a lograr una Biblia políglota, o plurilingüe, que contara con el mejor texto hebreogriego y latín, incluidas algunas partes en arameo. Dado que el arte de la impresión se hallaba en sus inicios, marcaría un hito en su historia la consecución de esta empresa. En 1510 Arnaldo fue llamado por el Cardenal Cisneros a Alcalá de Henares para imprimir dicha obra. 







Editada entre 1514 y 1517 con caracteres hebreos, caldeos y griegos,  estaba compuesta por seis tomos en folio. Si bien la imprenta de Alcalá de Henares venía funcionando desde 1492, año en el que se había publicado la Gramática Castellana de Antonio de Nebrija, según Cayetano Enríquez de Salamanca las actividades de la prensa universitaria habrían sido iniciadas por Arnaldo Guillén de Brocar y por su hijo Juan. Según el mismo autor Guillén de Brocar se encargó de labrar los primeros caracteres que hubo de hebreo, caldeo y griego en el mundo.


En menos de cinco años se imprimió toda la obra, cuyos gastos ascendieron, según Alvar Gómez, a cincuenta mil escudos de oro, cantidad enorme para entonces. La impresión estaba acabada en 1517, pocos meses antes de la muerte del cardenal; pero no entró en circulación hasta 1520, de cuya fecha es el breve apostólico de León X autorizándola, «por juzgar indigno que tan excelente obra permanezca por más tiempo en la obscuridad». El texto griego del Nuevo Testamento, impreso desde 1514, antes que otra cosa alguna de la obra, tiene la gloria de ser el primero que apareció en el mundo, anterior en dos años al de Erasmo, cuya primera edición es de 1516. Pero su publicación se retrasó mientras se trabajaba en el Antiguo Testamento, para que se pudiera publicar ambas partes juntas como una sola obra. Entretanto, rumores del trabajo de la Complutense llegaron hasta Desiderius Erasmus en Rotterdam, quien produjo y editó su propia edición del Nuevo Testamento en griego. Erasmus obtuvo un privilegio exclusivo de 4 años de publicación del emperador Maximiliano I de Habsburgo y del papa León X en el citado año de 1516. El texto de Erasmus fue conocido como el Textus Receptus.




Se cree que no fue ampliamente distribuida hasta 1522. El cardenal Cisneros murió en julio de 1517, cinco meses después de la finalización de la Biblia y nunca la vio publicada. De las 600 copias publicadas, sólo se sabe de la supervivencia de 123. 

Al igual que otros libros que imprimió Brocar, manifiesta un gusto y una técnica exquisitos. Utilizó caracteres góticos, sustituyendo los más antiguos por tipos lioneses o parisinos de 93 mm. Empleó marca geométrica en distintos tamaños, con la cruz sobre el círculo, partido diametralmente y en su interior, el brazo horizontal; las iniciales entrelazadas en la parte inferior del círculo AG y la D y la B en los extremos del brazo, que indicaban un solo impresor.


El tipo de letra creado para la Complutense por Arnao Guillén de Brocar ha sido considerada por tipógrafos como Robert Proctor como la cima del desarrollo tipográfico de la edición primitiva, antes de que el manuscrito de Aldus Manutius sobre tipografía dominara el mercado los siguientes dos siglos. Proctor basó su tipo Otter Greek de 1903 en la Complutense; el tipo GFS Complutensian Greek de la Greek Font Society también está basada en la Complutense.







lunes, 4 de abril de 2011

El Sinodal de Aguilafuente: Primera obra impresa en España.

Recreación del Sínodo.
Según el historiador Diego de Colmenares, un tiempo después de finalizar el sínodo que tuvo lugar en la localidad segoviana de Aguilafuente, las actas procedentes de tal evento se imprimieron en el taller segoviano de Juan Párix, dando lugar al primer libro impreso en España, hoy conocido como Sinodal de Aguilafuente. Dicho evento tendría lugar en el año 1472, durante el reinado de Enrique IV, en la Iglesia de Santa María, convocado por el obispo segoviano Juan Arias Dávila, preocupado por la situación de su diócesis.


Dicho libro constaba de 48 hojas impresas y 16 en blanco, en papel de gran calidad, con letra redonda o romana. Como suele ser habitual entre los incunables, carece de portada y comienza con el índice en el que aparecen los 28 capítulos que lo componen. 

Iglesia de Santa María, Aguilafuente
A día de hoy solo se conserva un único ejemplar en el mundo, en la Catedral de Segovia, donde curiosamente se halla también el manuscrito que sirvió de original de imprenta, denominado Codex canónum. Fue gracias a la labor del canónigo archivero de la seo, Cristino Valverde, que pudo ser recuperado tras extraviarse durante años entre los numerosos documentos existentes en el archivo, apareciendo en su "Catálogo de Incunables y Libros Raros de la Catedral de Segovia", publicado en 1930.

El texto se halla escrito en castellano, y está compuesto a línea tirada, salvo dos fragmentos que se hallan a dos columnas, debido a una causa un tanto peculiar: los representantes de Pedraza y Fuentidueña, localidades rivales, por no querer aparecer uno tras otro, obligaron a hacerlo de esta manera.

Comienzo de la obra
Aunque las investigaciones confirman que Segovia contó con la primera imprenta española, a cargo del alemán Juan Párix, que previamente había trabajado en Roma, existen indicios que apuntan a que esta pudo hallarse en Sevilla donde se llevaría a cabo la elaboración de la Bula de Guinea en 1473. 

Al parecer, habría sido el obispo Arias Dávila quien llamó a Párix para que realizara distintos trabajos, la mayoría para el Estudio General (antecedente de lo que hoy conocemos como Universidades), por lo que la mayor parte de las obras impresas serían de Derecho Canónico y teológicos. El alemán imprimió, entre 1472 y 1475, ocho libros, aunque tal vez hiciera un noveno, que no se conserva, a la cabeza de los cuales está el Sinodal. Más tarde, a partir de 1473, la imprenta se extendió por otras localidades, como Valencia, Barcelona o Sevilla.

Del libro hay una reciente edición facsímil, a cargo del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, con introducción del profesor Fermín de los Reyes y transcripción de Susana Vilches y Pompeyo Martín.

Información tomada de:
http://www.sinodaldeaguilafuente.com/
Fotografías de.