lunes, 23 de mayo de 2011

Daniel Gil y la Revolución del Diseño Editorial




Nacido en Santander el 17 de febrero de 1930, sintió de forma temprana una inclinación hacia las artes plásticas lo que le llevó a estudiar Artes y Oficios y realizar posteriormente estudios de Bellas Artes en Madrid que no llegará a concluir. De regreso en Santander, se incorpora a los círculos artísticos y literarios de la época. En 1951 realiza su primer diseño de cubierta, es para el libro de Manuel Arce Carta de paz a un hombre extranjero, editado en Santander, en la colección Flor.

Tras estudiar en la Escuela de Ulm, dirigida entonces por Otl Aicher y heredera de la Bauhaus alemana, donde entró en contacto con el diseño suizo y el estilo internacional, cuyas características estructurales y eficacia comunicacional influirán de forma decisiva en su obra. Posterioremente, ya en España se dedicó al diseño de discos, pero en 1966 comenzó a trabajar primero realizando trabajos como freelance, hasta llegar a ocuparse de la dirección artística, para Alianza Editorial, donde entró de la mano de su compañero Javier Pradera, y donde desarrolló su obra más conocida como diseñador gráfico: las portadas de la colección El Libro de Bolsillo. Además de su trabajo editorial en Alianza, durante todos estos años Gil realizó también colaboraciones en otras editoriales como Península, Euros, Helios o Mondadori, y Siglo XXI, así como carteles políticos, o de cine, en películas como Los Días del Pasado de Mario Camus

Gil rompió con una estética editorial convencional heredera del cartelismo preponderante en la época de entreguerras para introducir un nuevo lenguaje gráfico innovador y experimental. Durante años contribuyó a crear una de las imágenes más sólidas y atractivas del diseño gráfico español y se convirtió en un referente para todas las nuevas generaciones de creadores gráficos. Junto con Enric Satué, Pla Narbona, Enric Huguet, Alberto Corazón, Pelayo Izquierdo y un largo etc. fueron los demiurgos del diseño gráfico aplicado a un soporte tan importante como es el libro. Pero además Daniel, llegaría a ser el en el diseñador de libros más influyente de su época.

Algunas de sus principales características son la utilización sistemática de la fotografía de modo objetivo, la transmisión del mensaje de una forma clara, incluso a la hora de expresar ideas complejas. No cabe duda de que son una indiscutible herencia de su paso por la Escuela de Ulm. 

En cuanto al tratamiento tipográfico, Gil no se limitó al uso sistemático de la tipografía sin serifa, sino que experimentó con todo tipo de tipografías. También en cuanto a la complejidad conceptual de sus imágenes en forma de poemas objeto, podemos hablar de fuertes influencias del Surrealismo y el movimiento Dada de postguerra. Ello revela que un gran observador y estudioso de los movimientos artísticos y de vanguardia, y su obra está plagada de guiños a todas estas tendencias.

Otro de los aspectos que influyó decisivamente en su obra creativa fue la experiencia sociopolítica que le tocó vivir durante su estancia clandestina en la Unión Soviética. La represión ejercida durante el período stalinista le llevó a abandonar la militancia en el Partido Comunista y a adoptar actitud crítica y comprometida acompañarían para siempre su visión del mundo. Estas palabras del propio Daniel Gil definen su postura política en este aspecto, “Yo he sido rojo, pero no me siento especialmente orgulloso de ello. Ya ni siquiera lo soy: ahora no soy nada. Lo que sí conservo es una cierta mentalidad de izquierdas que me hace tomar conciencia de lo que me rodea.”


Volviendo a su obra creativa más significativa, la realización de portadas para la Colección El Libro de Bolsillo de Alianza Editorial, hay que señalar que dicho trabajo supuso en conjunto todo un icono de la cultura visual de un periodo clave como fue la distadura y la transición democrática. De hecho proliferaron las imitaciones de sus cubiertas, efecto imitador, que contribuyó a que Gil continuara explorando nuevas posibilidades sin caer en la repetición de modelos. En veinticinco años en los que trabajó para dicha editorial llegó a realizar alrededor de 4000 cubiertas de libros, llegando a realizar hasta veinte en un mes. Primero para la mencionada colección; después vinieron el resto de colecciones en cascada, Alianza Universidad; Alianza Tres; Alianza Forma; Alianza Diccionarios; Alianza Música; Alianza América; Alianza Economía y Finanzas, y Alianza Cuatro. Gil rompió con la tradición editorial donde reinaba el convencionalismo e introdujo  formas de comunicación gráfica experimentales. Las maniobras de vanguardia y las innovaciones que Gil introdujo en el diseño editorial español marcarían un antes y un después en el diseño gráfico español. 


La inspiración para la creación en Gil era algo innato, respondiendo posiblemente a reflexiones profundas en torno al libro. Los objetos más comunes adquirían en sus manos un profundidad simbólica y metafórica sin igual. Curiosamente la mayoría de estos objetos Gil los adquiría en El Rastro Madrileño. Con ellos creaba auténticos poemas visuales, con los que supo conectar con la sensibilidad del lector de la España de los años 60. La necesidad de la esperanza, el brillo de la inteligencia y la sonrisa cerebral en aquella época no eran un capricho intelectual, sino una necesidad. Un comercial le dijo en una ocasión que sus portadas eran demasiado cultas a lo que Gil respondió que eso para un libro no estaba nada mal. 

En el taller de trabajo de Daniel Gil en Alianza se guardaban todos los objetos y artefactos que utilizaba en sus cubiertas, dejando a todo visitante impresionado.

Daniel Gil falleció en Madrid, el 14 de noviembre de 2004. En 2006, la escuela de Arte Diez recibió de la familia de Daniel Gil como legado del diseñador, su biblioteca personal, dossier de presa, fotografías, objetos, collage, cubiertas de libros, carteles y materiales de trabajo.

Daniel Gil en youtube

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martes, 17 de mayo de 2011

El Papel en el Medio Ambiente

Gilles Perrin en representación de Arjowiggins Graphic, empresa dedicada al papel reciclado, viene dando un ciclo de conferencias en determinados centros docentes vinculados a las Artes Gráficas entorno al rol que juega el papel en relación con el medio ambiente.

Sus ponencias se basan en la comparación de diferentes aspectos entre las que se encuentra como no puede ser de otra manera, el papel, abogando en todo caso por el reciclado de este.

Comienza con una exposición de las circunstancias que rodean al calentamiento global que se está produciendo en la atmósfera como consecuencia de diversos factores entre los que se encuentra la emisión de gases fluorados y los efectos que ello produce. En dicha exposición hace ver cómo la elaboración de tecnología moderna puede ser mucho más contaminante en cuanto a emisión de CO2 a la atmósfera, que la de papel.
Asimismo muestra como de entre las opciones posibles a tener en cuenta con el papel usado, el reciclado es la menos contaminante, frente a su depósito en un vertedero (que además produce otros gases como el metano, veinticinco veces más potente que el CO2, durante su descomposición), o la incineración.

No obstante Perrin critica el deficiente porcentaje de empleo de papel reciclado que existe aún frente al papel virgen. Así, en España solo un 14 % de los hogares lo empleo. Solo se recupera un 69 % del papel, estando por encima de la media europea, que se mueve entorno al 62%. La cantidad de papel reciclado empeado en Artes Gráficas en Europa se reduce al 10%.

Es importante la concienciación de la población en este sentido para evitar la deforestación incontrolada, que ha hecho desaparecer en los últimos 5 años 37 millones de hectáreas, prácticamente el tamaño de Gran Bretaña, en busca de un desarrollo sostenible en términos económicos, sociales y, por supuesto, medioambientales. Y es que la población ha crecido de manera exponencial en los últimos 110 años.

Para Perrin, la utilización del papel implica un impacto forestal (aunque si bien es cierto que lo bosques se ven afectados por otras muchas causas). No obstante no siempre se produce el reciclado de bosques que supone la cadena de custodia. Además el empleo del papel supone empleo de agua, proliferación de residuos, consumo de energía, emisiones de CO2, etc.

¿Cuál es la solución? el empleo de papel ecológico, es decir, libre de cloro líquido empleado para su blanqueo, empleo de mejores materias primas (las fibras del papel) y sobre todo, mejorar el proceso de fabricación a través de la reducción de consumo de agua, energía, emisión de CO2 y residuos.


Gilles Perrin

Para ello se establece un varemo en cada uno de estos aspectos que valora de menor a mayor responsabilidad. Así las fibras irían clasificadas desde Fibra Virgen (sin ninguna otra mención) hasta la Fibra Reciclada Certificada (FSC o Ángel Azul), pasando por varios estadios. Igualmente la Blancura del papel pasaría por varios niveles cuya base se hallaría en un estadio sin mención, hasta PCF (Process Chorine Free), o proceso libre de cloro. Para terminar, el proceso de fabricación pasaría por una certificaciones EDABEL, que regularía el tratamiento de residuos, el consumo de agua/ energía, el empleo de fibras certificadas, ausencia de sustancias químicas peligrosas, etc. estas certificaciones incluyen la realización de papel a partir de papel, 40% menos de agua y un 80% menos de energía.

Perrin defiende el empleo del papel reciclado para todo tipo de aplicaciones. Con ello, no sólo se protege en medioambiente sino que además se transmite una idea de inversión medioambiental que puede convertirse en un elemento de marketing. Conviene, por tanto, que se incremente el n´mero de empresas de Artes Gráficas que utilicen el papel reciclado (actualmente el 5% de empresas en españa y el 10% en Europa). Fuera de este ámbito ya hay muchas que lo hacen, como La Caixa de Barcelona, Aguas de Barcelona, Toyota, UNICEF, ADENA- WWF, etc

Para concluir: ¿Cómo se subraya la política medioambiental? Según Perrin, a través de certificaciones, el empleo de un papel acreditado y finalmente con el empleo de las ecocalculadoras que la página web de Arjowiggins Graphic ofrece.

jueves, 12 de mayo de 2011

Cómo se trabaja en una publicación Semanal.

Gustavo Sánchez Muñoz, goza de un amplio historial en el ámbito del diseño y maquetación en una de las publicaciones semanales más importantes en la actualidad, El País Semanal, cuya participación se remonta a octubre de 1989. Desde entonces mucho ha cambiado el sector editorial habiendo experimentado un importante auge en la década de los 90 para experimentar el declive que acompaña a la actual crisis económica.
De formación bien distinta (licenciado en Filología Árabe y Máster en Periodismo, ambos por la Universidad Autónoma de Madrid) acabó en el mundo de las artes gráficas.

Fundada en 1976, en la actualidad el magacine El País Semanal tiene una tirada que supera los 750.000 ejemplares, despues de haber llegado a la cifra de 1,2 millones de ejemplares hace algo más de una década, gracias a la venta de atlas, enciclopedias y otras publicaciones en fascículos. Si bien se imprime a día de hoy en Cabanillas del Campo, provincia de Guadalajara, otrora se hizo en Barcelona. Se emplea por lo general un papel satinado de unos 96 gr, mediante el empleo de maquinaria en offset y huecograbado, y la técnica del embuchado para unir los pliegos. La preimpresión se realizaba de forma separada al resto de los trabajos. pero debido a la situación actual actualmente se han aglutinado todas las actividades del proceso, mediante la autoedición que ha permitido reducir costes, tiempo y personal.

Esta revista ha centrado su público objetivo entre personas de clase media en alta, con estudios universitarios y posición cultural elevada. 

De entre los profesionales que entran a formar parte de la plantilla, destaca la figura del editor gráfico, cuyo número oscila entre tres y cuatro personas. Ellos son encargados, entre otros aspectos, de la gestión de compra de fotos, edición gráfica de la revista, ver y seleccionar el material presentado en la redacción, dar visto bueno a narrativa del reportaje, etc. Los correctores, por su parte se hallan, en palabras de Sánchez, se hallan en plena extinción, pese a ser esencial la corrección de estilo y ortográfica. Las labores de quienes trabajan en el departamento de preimpresión incluyen el escaneados de originales (de libros impresos), publicidad, pruebas de color, etc.

Es esencial para ello el empleo de aplicaciones destinadas a la maquetación y retoque fotográfico. En este caso la suite de Adobe (Photoshop e InDesign), Word, Illustrator, etc, en un entorno de Windows. Es crucial en el trabajo del diseñador o del maquetista disponer de medios técnicos para poder desarrollar el trabajo con precisión.

La publicación emplea un número reducido de tipografías como Didot, Befnton o Utopía. Si bien han cambiado a lo largo de estos años en los que ha variado el diseño de la revista, sin embargo se ha mantenido una misma tipología para cada uno de los apartados en los que se divide la publicación, para evitar crear cambios drásticos en la publicación que en cierto modo pueden molestar al lector, principal objetivo de la publicación. Esto también afecta a la propia ubicación de dichos apartados. Hay que ordenar la información para convencer, sorprender de forma agradable al cliente para que regrese a la semana siguiente.

Todo el trabajo se realiza en la red, a partir de carpetas con modelos, siguiendo las especificaciones establecidas mediante planillas que indican la extensión del reportaje, publicidad, fotografías, etc. 

Gustavo Sánchez destaca la importancia del trabajo de equipo y en la estandarización. Para ello se realizan bocetos concebidos entre varias personas que permitan decidir la disposición de los contenidos. esto supone un momento de creatividad, frente al resto de trabajo sometido a una necesaria estandarización (hojas de estilo, plantillas, etc.) para ahorrar costes y tiempo. De hecho cuando se han realizado nuevos diseños a lo largo de la vida de la revista (Fernando Gutiérrez, Oscar Marimé), se han de realizar nuevas plantillas siempre teniendo en cuenta la posibilidad de un uso compartido para facilitar la labor de los integrantes del equipo. Hay que decir, no obstante, que los proyectos de nuevo diseño de la revista requieren el visto bueno. A veces precisan modificaciones como puede ser el cambio del cuerpo del texto.

Asimismo es importante crear en el tiempo dispuesto, una vez con coherencia. Para ello es necesario saber quién firma cada artículo, ya que si se trata de una pluma reconocida no se puede alterar el texto original, por lo que requiere de la pericia del maquetador a la hora de organizar los contenidos en el espacio predeterminado. Ello supone evitar desigualdades en cuanto a acumulación de texto y el estudio de los blancos, importante este último porque permite crear movimiento. Las buenas fotografías requieren un buen trato.

Finalmente, la maqueta, una vez acabada, se desarrolla a pequeño tamaño a modo de prueba para recibir el visto bueno de la dirección, antes de imprimirse.

Para finalizar este blog, incluimos los enlaces de las páginas web de Gustavo Sánchez relativos al diseño y la imagen digital, pero también, sin olvidar su condición de filólogo, al glosario de términos de artes gráficas.