Durante mucho tiempo, los investigadores han tratado de descifrar la lengua que lo predecesores de los romanos, los etruscos, hablaban y escribían desde el s IX a.C en la Península Itálica. Su alfabeto, consta de 26 caracteres básicos y otros 22 expandidos para la transcripción. Pese a que se pretendía indescifrable, se prevee que en un futuro próximo se podrán interpretar los textos que han llegado hasta nosotros. De hecho, a los expertos no les resulta difícil "leer" y pronunciar las letras que forman las palabras. Pero como la lengua en sí misma es prácticamente desconocida, las palabras no tienen sentido, salvo algunos nombres, fechas o títulos.
La lengua etrusca no presenta indicios de pertenecer a la familia de lenguas indoeuropeas (igual que otras lenguas como el euskera,, el húngaro y el finlandés), es decir, el vasto grupo lingüístico que comprende la mayor parte de las lenguas europeas y algunas del Próximo Oriente y de la India. Hay autores que piensan que sus raíces se encuentran en el Paleolítico, momento en el que surgen las primeras manifestaciones de transmisión de información en forma de pinturas rupestres y grabados sobre distintos tipos de soporte. Ello supondría que sus orígenes se remontan a un período anterior al asentamiento de las lenguas indoeuropeas en el Mediterráneo.
La única prueba conocida de su vínculo con las lenguas de origen indoeuropeo la encontramos en una inscripción, escrita en un alfabeto cercano al etrusco. Se trata de una estela con la figura de un guerrero, hallada en Kaminia al norte de la isla de Lemnos, en el Mar Egeo.
Imagen tomada de http://www.bloganavazquez.com/2010/04/11/los-etruscos-y-su-misterio/
Presenta 98 letras, formando 33 palabras, lo que hace pensar que se trata de un dialecto cercano al etrusco hablado en Lemnos, antes de la conquista de la isla por los atenienses en la segunda mitad del siglo VI antes de Cristo. Lo que no sabemos es cuando y cómo llegó allí.
El alfabeto empleado por los etruscos es extraordinariamente claro. Tenía su origen en una forma del griego arcaico, que a su vez tuvo su origen entre las comunidades jonias instaladas en Asia Menor tras las destrucción del Ática por los dorios y procedía, como otras lenguas mediterráneas, del alfabeto fenicio, al que se le añadieron vocales. El alfabeto griego constaba de 26 caracteres, si bien el número variaba con el paso del tiempo y de una localidad a otra.
El el alfabeto etrusco sólo utilizaba los equivalentes griegos de las vocales "a", "e", "i", y "u", omitiendo por completo la "o". Asimismo, no llegaron a utilizar las consonantes "d", "b" y "g". Existe un símbolo que induce a confusión y que se parece al signo "t", y que en ocasiones se leía como "t"; pero actualmente es considerado indicativo de una sibilante. Se han hallado más de 10.000 inscripciones cortas, casi todas ellas de carácter funerario o dedicatorias, escritas en los muros de las tumbas, en los sarcófagos y en las vasijas ofrendadas como donativos en templos y santuarios. En ellas aparecen nombres, títulos, fechas, dioses y diosas, así como también palabras que denotan parentesco o afinidad. A partir de todo ello, los especialistas han logrado ampliar el vocabulario etrusco conocido hasta alcanzar unas 200 palabras básicas, más un número de nombres propios.
El alfabeto romano fue desarrollado por los etruscos. Antes de que los romanos llegaran al poder, los etruscos dominaron la península italiana durante el I milenio a. C. y sirvieron de puente entre griegos y romanos.
El el alfabeto etrusco sólo utilizaba los equivalentes griegos de las vocales "a", "e", "i", y "u", omitiendo por completo la "o". Asimismo, no llegaron a utilizar las consonantes "d", "b" y "g". Existe un símbolo que induce a confusión y que se parece al signo "t", y que en ocasiones se leía como "t"; pero actualmente es considerado indicativo de una sibilante.
Se han hallado más de 10.000 inscripciones cortas, casi todas ellas de carácter funerario o dedicatorias, escritas en los muros de las tumbas, en los sarcófagos y en las vasijas ofrendadas como donativos en templos y santuarios. En ellas aparecen nombres, títulos, fechas, dioses y diosas, así como también palabras que denotan parentesco o afinidad. A partir de todo ello, los especialistas han logrado ampliar el vocabulario etrusco conocido hasta alcanzar unas 200 palabras básicas, más un número de nombres propios.
El alfabeto romano fue desarrollado por los etruscos. Antes de que los romanos llegaran al poder, los etruscos dominaron la península italiana durante el I milenio a. C. y sirvieron de puente entre griegos y romanos.
Aunque aún no se ha terminado de descifrar esta lengua, es posible que al paso que van los estudios sobre la misma se puede afirmar que podría contener unas 16.000 palabras y números hasta el 96. Al hilo de esta previsión hay un artículo interesante en este portal.
Para concluir en esta tabla, tomada como la imagen interior del siguiente enlace,
se puede realizar una comparación entre los diversos alfabetos derivados de los alfabetos griego y del etrusco.
se puede realizar una comparación entre los diversos alfabetos derivados de los alfabetos griego y del etrusco.
Curioso el dato de la herencia que hemos conseguido de parte del alfabeto etrusco, respecto a la letra Q, a través de los romanos.
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